jueves, 27 de febrero de 2014

autoengaño.


  A veces creo que hago bien en no confiar en nadie. El piropo más bonito que me pueden decir es que soy un egoísta. La idiotez humana no tiene límites, y cada vez que confías más en que existen personas que no tienen complejo de egoísmo, llega la vida y te da una hostia.
Joder como me encanta ser un egoísta.
 Estoy tan cansado de que me toquen los coj... sin yo pedirlo que a veces prefiero que aunque me duela, no me mientan, antes que perder el tiempo haciendo el idiota.

  Lo peor no es que la gente mienta. Es que ya estamos tan acostumbrados a la mentira. Estamos tan mentidos que incluso algunas verdades nos parecen mentira. Como para fiarse de alguien...
  Alguien, de pronto, se le ocurre la brillante idea de ser honesto y la gente se sorprende, es noticia, no salen de su asombro. ¿Que le ocurrirá a ese para decir lo que realmente piensa? La gente prefiere que le piensen las cosas, que se las den por mentida para que de esa manera no tengan que planteárselas.
  Y cada vez son mas los que son capaces de engañar a todos durante todo el tiempo. Y a si mismos...

  Aprendí que la gente, tarde o temprano, se despedirá de tu vida. Y cuánto antes se asimile, menos dura será la caída.
  Al fin y al cabo todas nuestras decisiones son en beneficio nuestro, es decir, todos somos unos egoístas.
  No soy tan mala persona como creía ser...Al fin y al cabo todos somos iguales.



D.

domingo, 16 de febrero de 2014

saber dónde se quiere estar

  Cuando quieres algo lo demuestras, peleas por ello, mueres por la causa. Intentas demostrarle cuanto la valoras, cuánto la respetas y todo lo que estarías a dar por ella. Sin ponerle nombre ni número.
  Perder el norte. Pasarlo bien. Pasarlo mal. Joderse. Son cosas que vienen implícitas cuando quieres demostrar algo.

  Creo que sé lo que te ocurre. Y no sé que haces aquí, refugiándote entre mis palabras. Fuiste algo efímero. Ahora te toca disfrutar y besar otros labios sin pensar en quién te tiene en la cabeza. Lo único que quiero es que sonrías como unos meses atrás hacías. No quiero saber si lo echas tanto de menos como lo hago yo.
  No me da miedo quedarme sólo, tenía miedo a quedarme sin ti. Al fin y al cabo aprendí a vivir así. Y me acabó gustando. Lo peor es que no sé que hacer para intentar que no estés mal. Esto se ha ido pudriendo con el paso del tiempo y ya no sabemos ni que hacer con ello.

  Ni soy tan bueno ni tan malo como la gente dice. Puede que si sea un egoísta porque te quiero sólo para mí.

  Cuando dos personas se quieren, todo debería ser fácil y si no lo es significa que no es la persona indicada. Yo para no variar siempre me doy cuenta de ello tarde. Curioso también quién me ha echo darme cuenta de ello, aunque sea indirectamente.

  Porque al final los imposibles, imposibles son. Y uno se empieza a cansar. Y entonces es cuando uno se deja ir, y ya no espera nada. No siempre se gana, a veces se aprende.
  Resulta que lo mejor es echarse a un lado. Y a veces lo mejor es decirse adiós. Nunca te olvidaré.
No queda otra más que decir, hasta mañana.




D.

jueves, 13 de febrero de 2014

lo que soy

  Estoy tan cansado de hablar de alguien. ¿Por que no por una vez me da por hablar de mí?. Al fin y al cabo no estoy tan mal como yo mismo me hago pensar.

  Soy un manojo de promesas que han ido caducando en forma de fracaso o, con suerte, en algún hermoso recuerdo. La mayoría de mis proyectos van asfaltando de ilusión las ruinas de un pasado. No se ha ganado ni perdido nada.

  Si realmente no tengo confianza en las personas, es porque sé que el primer y el mayor mentiroso de todos soy yo. Me doy cuenta de que voy detrás de las personas que no me importan, y dejo que las que realmente me importan dejo que se alejen de mí. Joder, ni yo mismo sé que hacer con todo esto entre manos. Creo que después de algún tiempo significa de algo la palabra orgullo.
  Soy un egocéntrico, viciado, mentiroso, infantil, perdedor de grandes oportunidades, juerguista, y vete tu a saber que más cosas.

  Puede que me encante ser yo. Pero cuando estoy contigo, me haces sentir feliz. Cuando estoy contigo, me dan ganas de ser mejor persona. Que diablos, de mandarlo todo a la mierda.

  Pero la gente no cambia, sigue ocultando cosas y sigue mintiendo día tras día. Por eso yo sigo igual, porque en realidad estar contigo fue como una calada de un cigarrillo después de un período de abstinencia. Las cosas pasan por algo dicen. Yo ya no sé ni porque pasó.
Esperaré al día en el que no tengas miles de cosas en la cabeza y en el corazón. Al día en el que te pueda entender y me puedas contar lo que quieras antes de que me pierda por tus grandes ojos.

  Esto es lo que soy, y yo tampoco la jugaría. Pero yo seguiré esperando a recogerte a la salida.

  Mira que soy mentiroso que empecé diciendo que hablaría de mí...




D.