martes, 28 de enero de 2014

28 de Enero

 Hoy, tal día, hace cinco años me desvirgaron sentimentalmente. Comenzó algo que no había sentido por nadie en mi vida. Y empecé a no depender de mí mismo. Y pese a los años, y las miles de cosas que han ocurrido desde entonces, es imposible olvidarme de aquel día.
 Recuerdo hasta que fue un miércoles. En aquella época, era un adolescente, un disminuido sentimental. Pero ella consiguió brotar en mi una semilla. Llevaba varios días mal con ella debido a que, para no variar, se me fue un poco la lengua. Ella sabía que me tenía comiendo de su mano.
 Me pidió hablar y vernos después de que ella saliera de la Escuela de Idiomas. Yo por supuesto no lo pensé dos veces y accedí. Era un día gris. Fuimos a sentarnos al banco de un parque. Yo no sabía ni que decir y ella tampoco. Comenzó a llover. Pero ella seguía ahí inmóvil, como esperando a algo. Ella me sacaba una y mil vueltas, y suponiéndose que aquel idiota no iba a hacer nada, decidió besarme. Me arropó con los labios como si fuera un bebé y yo caí prendado. Yo ni sentía que estaba lloviendo, me encontraba dónde quería estar.
 Después de un tiempo juntos, tuvimos que separarnos pero no sin antes que ella me dijera: ¿y ahora qué? Mi contestación a esa pregunta fue muy sencilla y después de una tarde entera ella consiguió lo que en aquel momento estaba esperando.


 El final, como todas las relaciones, ya se supone como acaba. El dolor lo continuó. Y al final de todo lo que ha habido y de todo lo que se hizo hoy puedo sentarme a su lado, sonreír y decir. "Sí, es mi amiga." 

 Las personas en realidad no se van o se quedan sin ningún motivo. Siempre hay que pensar antes de hacer las cosas. Y si las haces y no te dan por pensar en que consecuencias tendrá, no te extrañes si se quieren quedar o se quieren marchar. Y ni mucho menos pedir que te explique la razón de porque lo haces, cuándo una persona ya toma su decisión cuando hace o deja de hacer algo. Lo piense o no.
 Hay que reconocer que yo puse de mi parte para que hoy podamos estar juntos y saber que fue precioso lo que tuvimos pero, aún mejor es saber que ella y yo seguimos adelante y que seguimos juntos. Y reírnos de todas las anécdotas que tuvimos.

 La historia no es tan diferente de lo que ahora ocurre. Probablemente dentro de unos años ( espero que no sean cinco) nos sentemos en una mesa de un bar y con unas cervezas heladas y nos riamos de todo esto. De acordarnos porque fuimos tan estúpidos. Yo por lo mío y tú por lo tuyo. Y espero empezarlo pronto.
 Sólo puedo compartir esta vida contigo, y no sé cuándo acabará. ¿Habrá cosas que me duelan, que me hagan sacar una sonrisa, que me hagan querer mandarlo todo a la mierda o quedarme contigo?Pues claro. En esto consiste que una persona te importe tanto. Sólo espero llegar a aquel día, en ese bar, y reír contigo y no pensar en qué hubiera dado una parte de mi alma porque no fuera un punto y final.


O quien sabe a lo mejor ese día las ganas lo pueden todo y nos damos cuenta de que, cómo mi primer amor lo esperó toda una tarde de un 28 de Enero, aquel es el momento adecuado.





D.

sábado, 11 de enero de 2014

¿Como no voy a odiar Soria?


Dios quiso que me la jugara a una carta, y ella la hizo añicos. Nunca pensé que aquella tarde-noche fuese el día que más me iba a arrepentir de mi vida. Nunca debí haberte besado. Nunca debí escoger algo que tú controlabas a tu antojo.

Cuando las cosas acaban le das vueltas a que ha podido ser el fallo. Yo creo que no hubo. Siempre correspondí a aquello que me pedías.
Algo que fallo desde el principio y no me di cuenta eras tú. Tu siempre te apartaste en el momento en que yo quería continuar, tu eras la que no querías hacer algo más por el miedo a sentir, tú eres la persona que pides que esté contigo siempre aunque yo sienta que ya no estás conmigo. Te comportabas como si quisieras que fueses mía aunque eso era lo que evitabas a toda costa.

Esto se nos fue de las manos desde el primer día. Pero yo confié en la progresión de que eso sucediera. Yo confiaba en que íbamos a seguir por el mismo camino. Que lo de irse de las manos era algo mutuo, algo perfecto, algo sólo nuestro. Pero al final el que acabó mal fui yo. Esto ocurrió porque me equivoqué. Porque pensé que querías que te eligiese a ti. Y así lo hice. Y así nos va.

Desde el primer día me conoces y sabes cómo soy, y lo mucho que adoraba mi soledad. No leerás esto, pero ahora mismo lo único que espero es que aún siguiendo siendo libres ambos, te apoyes y me necesites a mí. Vamos lo que ha ocurrido en estos últimos meses.

Echo de menos despertarme contigo. Que me digas de vernos. Que me tienes ganas. Que me mires como antes. Que me des las buenas noches. Que eso que dices era para mí. Que esa sonrisa me pertenezca. Que la única razón por la que haces algo es por mí. Que me necesites. Saber que nada volverá a ser como antes es demasiado duro de por sí.

Lo nuestro ha sido maravilloso y me acordaré de ello con una gran sonrisa cuando sea viejecito. Pero te pido que no me exijas que esté siempre contigo, igual que yo no te exigí que no fueras libre. Espero que lo entiendas. Tú y yo no podemos ser amigos. Porque lo que he sentido por tí jamás podré sentirlo como algún amigo. Porque yo lo hubiera dado todo por ti, si me lo hubieras pedido.

Te prometo que daré todo por recuperar la otra carta que tiré, que ironías de la vida era la buena porque era la que no me iba a fallar. Y recuperar algo que está deteriorado es muy complicado pero confío en hacerlo.
Porque es muy difícil estar contigo, pero aún lo es más saber que no te pertenezco.





D.
sometimes i think that you are the only one