miércoles, 18 de febrero de 2015

lunes, 2 de febrero de 2015

Tenías razón.

    Sí, que la tenías.
    Las personas no solemos pensar en los actos que realizamos, nos escudamos en la naturaleza irracional del propio ser humano, sin tener en cuenta lo que podemos causar al resto del mundo con nuestras decisiones.
    El arrepentimiento en sí, es cuándo uno aterriza en el mundo en que vive y se da cuenta que la irracionalidad es puro azar, que en la gran mayoría de ocasiones, solo lleva al desastre.
Y cada vez más me doy cuenta de ello. Que si tuviera que describirme con una palabra sería esa. Irracional.
    Lo peor de todo es que llevas razón. Soy tan irracional como egoísta. Y tanto reclamo que me den, como poco doy a cambio. Quizás sea por eso por lo que choco tanto con las personas. Que voy a decir, ya es tarde para cambiar. Soy como aquel que se arrepiente, que se da cuenta de lo que hace cuando se da cuenta en el mundo en el que vive.
    El gran problema que tengo es que tú has sido lo más irracional que he tenido en la vida. Y eso me crea adicción.
    Paso los días esperando que te marches de aquí. Que te venga alguien a buscar y te haga feliz en todo este sinsentido en el que te hago vivir. No se si me comporto así porque creo que tú confías en salir de aquí y no aguanto eso.
    No eres de nadie, y te siento tan mío que duele. Durante este tiempo he creado una barrera con la que creo que seria capaz de entender que te marcharas sin doler. Pero eso no cambiaría lo mucho que te necesitaría.
    No sé que más decir. Supongo que te quiero. Y que tenías razón.


D.

domingo, 12 de octubre de 2014

una noche de Julio

  Sólo cuando estamos al final recordamos lo importante que fue cada instante junto a esa persona. Y ahora que estamos a un paso de separar nuestros caminos, es cuándo recuerdo aquella noche.
  Aquella ilusión en nuestra mirada, aquellas ganas de comernos el mundo.


  Recuerdo aquella mesa. Aquel restaurante. Tu cara de ilusión. La cena. Hasta incluso el bicho que de vez en cuándo se subía a nuestra mesa a ver como íbamos.
  Recuerdo acercarme a ti. A notar la respiración cada vez más rápida. Mirarnos a los ojos. Acercar lentamente nuestros labios.

  Recuerdo ese beso. ¡Cómo lo voy a olvidar! Mi vida cambió radicalmente aquel momento. Fue, sin duda alguna, el mejor y el más especial que he tenido el gusto de recibir en la vida. Todas esas ganas acumuladas que por fin se habían consumado. Estaba en el paraíso.


  Desde el primer momento que te besé lo supe. Esa sensación de no querer despegarte de alguien. Esa sensación de que jamás dejarías de querer a esa persona.

  Recuerdo la canción. Video Games. Como te la cantaba mientras tú me mirabas y te acurrucabas.
  Recuerdo que no nos queríamos marchar, nos tuvieron casi que obligar a salir. No queríamos que aquella noche se acabase.

  Andando por Madrid de madrugada como dos gatos callejeros, recorriendo cada una de las calles.Con ganas de más. De no irnos. Recuerdo estar en frente del Congreso sentado a tu lado.
  Recuerdo recorrernos Neptuno-Atocha de arriba a abajo. Recuerdo perder buses a propósito solo para seguir juntos.


  Y lo mejor de todo, recuerdo cómo me hacías sentir.
  Desde entonces tengo (y tendré) una absoluta dependencia de tí.


  Cada palabra. Cada mirada. Cada sonrisa. Cada beso. Cada respiración. Cada vez que te acariciaba el pelo. Cada vez que me perdía en tus ojos, en tu nariz, en tu boca. Ha sido mi cielo en la tierra. La felicidad plena. La respuesta al sentido de la vida.

  Vivir algo contigo ha sido la experiencia más bonita de mi vida, algo inolvidable y de lo que recordaré hasta que exhale mi último aliento. Eres la persona más maravillosa que he conocido. La única por la que he intentado luchar hasta el final, aunque no haya sido lo suficiente.




  Aquella noche te dije que eras la indicada en el momento inadecuado.
  Debo de decirte que te mentí.
  Simplemente eres la indicada.
  Aunque a lo mejor si nos conocimos en el momento menos apropiado y debemos perdernos por el camino hasta volver a reencontranos.




"It's silly, but it's like the first lottery ticket I ever bought was kaboom, jackpot, and I'm pretty sure I'm not going to win again, not like that anyway, so I don`t generally buy lottery tickets anymore."

How I met your mother






D.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Las preguntas que nunca responderás

¿Qué quieres de mí?
¿Cuándo te vas a deshacer de mí?
¿Que piensas cuándo se cruzan nuestras miradas?
¿Qué es lo que debo demostrar?
¿Hay alguien más?
¿De verdad me quieres?
¿Estas segura que has intentando tener algo conmigo?
¿Porqué me tienes miedo?
¿Porque hay gente que si te atreves, y conmigo no vas a hacerlo?
¿Porque te molesta que quiera seguir adelante si no quieres estar conmigo?
¿Porque soy yo el que realmente se siente un segundo plato?
¿Porqué te empeñas en decirme que me quieres cuando no lo demuestras?
¿Puedes dejarme marchar o vas a seguir prorrogando mi agonía?
Y la mejor de todas...
¿Porque no te dejas llevar?
Y la peor de todas...
Si no es así, ¿porque no he sido capaz? Juro que cada día lo intento.



D.

viernes, 22 de agosto de 2014

noches demasiado largas


  No recomiendo a nadie a quedarse por aquí.
  No han conseguido desvestir mi inseguridad, por ello, nunca he sabido que hacer.
  Yo no obligo a nadie a estar donde no quiere estar.
  No obligo a nadie a querer pasar un rato conmigo, ni a tener ilusión al verme.
  No obligo a nadie a aguantar mis vaciles, mis actitudes, mis vicios, mis egos y mis rayadas.

  Aquí no hay contrato de permanencia, ni penalización. No hay nadie en el asiento de al lado de su coche, pueden maniobrar como quieran. 
  Se puede marchar cuando se desee. Si le da miedo huya y no mire atrás.       
  Pueden recuperar lo que perdieron o dejaron ir si en algún momento tomaron la decisión de elegir quedarse por aquí.
  Pueden volver a los lugares a los que fueron felices.

  Yo también he tenido dudas. Y no. La culpa no es de nadie. No echo piedras a ningún tejado, es solo mía.
  Pero si alguien decide quedarse, que sea con todas sus consecuencias. Precisamente por ello, aquí nadie se ha quedado por mucho tiempo. Y no me extraña.



  Aquí en este extraño y alejado lugar se te echa de menos. Cada día más. Y hay que controlar las emociones para que no se note. Hay que controlar en medida de precaución. No vaya a ser que pronto decidas irte. No vaya a ser que ya te estés yendo.
  Hay que dejar de ser un egoísta y alegrarse cuando todo te va bien estando lejos de aquí. Hay que ser generoso para no decirte lo que aquí ocurre, dejarte disfrutar y que tengas libre albedrío.

  Sólo puedo decir que hoy mi vida es mejor por culpa de alguien. Y que puedes estar tranquila. Es imposible que sienta por alguien lo que siento por tí.
  Ahora bien, seguimos sin estar preparados. Y lo peor de todo, si algo que debería hacerse fácil es tan complicado, nunca podrá ir bien. 

  Decisiones complicadas es lo que toca. Y pase lo que pase, todas doleran. A corto o largo plazo. Eso ya no se puede evitar. Es el único problema de sentirnos como si fuera nuestra propia sangre.



Márchense de aquí antes de que sea demasiado tarde.






D.

jueves, 31 de julio de 2014

Postal desde el interior

Me quieres. Pero detestas hacerlo.
No me quieres dejar libre. Pero no puedo estar contigo.
Te molesta que intente seguir adelante con otra persona. Aunque tú no quieras serla.
Me pides disculpas porque te quiera. Y aún así sigues sacando tiempo para hacerme volar.
Me pides que después de toda nuestra historia, siga ahí, que no te deje, que no me rompa de dolor.

Esta vida se vive una vez. Y no sabemos cuando sera nuestro final, y aún así solo piensas en ello. En cómo acabará todo sin haber empezado nada. Empiezo a pensar si seguir con nuestro sinsentido.

Te vas, y como quien oye llover. Te vas, y aún así no piensas en permanecer. Te vas, y al final soy el único que va a echar de menos. Porque la diferencia es que yo he superado mis miedos, y para mi suerte o desgracia confío en ti. Yo sí intento aprovechar cada resquicio de tiempo para poder verte.
Nunca podré entenderte porque lo que me dicen tus miradas y tu boca son totalmente diferentes. Ya no sé a quien creer.
Sólo decirte que te voy a echar de menos. Cada uno de los días. Y a que a la vuelta mi corazón seguirá perteneciéndote, el resto de mí será una incógnita.

Ahora sí y en serio te lo digo. Eres libre. Espero que encuentres a alguien que no consiga darte tanto miedo como yo, con el que no mires tanto el futuro, con quien no tengas días de dudas y temores. Ya me has dejado bastante claro que yo no soy esa persona. No te apiades de mí. Las cosas si no se sienten no se puede obligar a sentirlas.
Y si alguna vez decides arriesgarte prometo que estaré aquí para que tengas una apuesta segura.

Puedo darte las gracias en que al final me has echo ver que soy de esas personas que no tienen miedo a tener las emociones a punto de salirse de la piel e ignorar a todos aquellos que dicen que eso es malo, porque es mentira. Aquí siempre serán bien recibidos aquellos que se dejen emocionar.
Yo como buen gilipollas seguiré aquí, perdiendo días solo para hacerte sonreír.
Atentamente tuyo,



D.

miércoles, 9 de julio de 2014

Ni tú ni yo.

    Has entrado, como quién te pregunta si puede pasar cuándo ya está dentro, sin hacer mucho ruido.
    Has penetrado y ahora estás en las capas más profundas de mi piel, en mi propia sangre, has ido directa al corazón donde te gusta devorarme, donde aceleras cada latido, dónde provocas infartos a cada segundo
    Ya no soy yo. Eres tú. Quien dirige, quien controla y acecha, has invadido mis órganos internos, mi cerebro no deja de pensar en ti y mi hígado sufre cada vez que intento contrarrestar tu ausencia con alcohol. Te has adueñado de cada pensamiento.
    Tú mandas.
    Decidirás en que momento respirar y cuando dejar de hacerlo. Me dejas sin aire, te llevas cada molécula de oxígeno de mi cuerpo. Perdona que ya no diga nada, mis palabras se pierden y desaparecen. Dónde agonizo a tu antojo.
    Quédate con este cuerpo. Ya sé que es para tí, lo sé, ya lo he entendido. Es tuyo. Haz con él lo que quieras.
    Pero, por favor. Por favor.
    Si no quieres que siga aquí, mátame ahora. Porque ya no puedo soportarlo.
    Tu juego no deja de dolerme, y yo hace tiempo que decidí no jugar.
    Si no te quieres quedar, sólo te pido una cosa. Odíame. Pero no me hagas creer que sigo ahí.
    O quiéreme. No te pido algo tan díficil. Hubo momentos en los que lo hiciste.
    Sonríe cada vez que pienses en mí. Cada vez que cierres tus ojos.
    Muérete por verme. Llámame a todas horas. Hablame hasta de lo más insignificante que te ocurra. Demuéstramelo.
    ¿Que es lo que te pido? ¿Acaso es mucho? ¿O es lo mismo que me pides a mí?
    Te pido que me quieras, que me digas que me quieres, que estás dispuesta a arriesgarte, que quieres follarme cada vez que te cruces conmigo.
    No pido nada que no hayas hecho antes. Ahora sólo quiero que sea a mí. Que te vuelvas loca. Que sueñes conmigo. Que mires mi número en tu teléfono. Que te desesperes por mí.
    Te digo. Quiéreme. A mí.
    Y puede que a lo mejor esté dispuesto a arriesgarme.




D.